sábado, 30 de marzo de 2013


Una solución para la sordera profunda

El implante coclear es una alternativa que genera beneficios comunicativos y también económicos.

 En Colombia se han hecho más de 3.500 implantes cocleares, un procedimiento que permite rehabilitar la audición de los niños y adultos que padecen sordera profunda por patologías congénitas o adquiridas.
“Este ha sido, sin lugar a dudas, el avance más importante de nuestra especialidad, porque permite que niños con este padecimiento tengan mejores oportunidades en la vida. Antes de que existiera el implante, los niños con sorderas congénitas o adquiridas en la primera infancia no tenían otra opción que aprender a comunicarse mediante señas, es decir, no adquirirían un lenguaje, por su pérdida auditiva”, dice Juan Manuel García, otólogo y otorrinolaringólogo de la Fundación Santa Fe, director del posgrado de otología - neurotología de la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud.
Esta prótesis es un dispositivo electrónico que se implanta en el oído interno, específicamente en la cóclea, en una cirugía ambulatoria. Su efectividad se produce porque estimula directamente el nervio auditivo, con señales eléctricas, permitiéndole a la persona aprender a oír.
Es apto para niños con sordera profunda (hipoacusia neurosensorial) en los 5 primeros años de vida, sin embargo, entre menos edad tenga el paciente, mayor es la posibilidad de rehabilitar su audición, de ahí la importancia de detectar la patología desde el nacimiento y a tiempo.
Los adultos también se benefician cuando tienen pérdida de audición por la edad (presbiacusia), que se genera por causas como trauma acústico. “No hay una edad límite para poner el dispositivo, hemos operado personas desde los 11 meses hasta los 83 años; el problema no radica en la cirugía, sino en las condiciones de salud y características cognitivas que pueda tener el paciente en ese momento”, señala Augusto Peñaranda, otólogo de la Fundación Santa Fe. Cada caso es particular y se necesita de un grupo de audiólogos, fonoaudiólogos y otólogos, quienes analizan si es apto o no para este proceso.
Con el sistema de salud
Según el Centro de Estudios Sobre Desarrollo Económico de la Universidad de los Andes, uno de cada 1.000 recién nacidos sufre de sordera profunda. Su aparición en la etapa prelingual implica más años de rehabilitación y escolaridad, y por ende, una menor productividad a lo largo de su vida económicamente activa.
Alternativas como el implante coclear permiten un desarrollo de lenguaje oral, facilitando la asistencia a una institución educativa regular. En consecuencia, los costos en educación son menores comparados con los que requieren los individuos con otro tipo de ayudas auditivas, como los audífonos convencionales, y que no adquieren un lenguaje inteligible.
El estudio de los Andes evidenció que es un tratamiento costo efectivo para el sistema de salud en Colombia. Un niño con una sordera profunda bilateral es 3,06 veces mucho más costoso para la sociedad y menos productivo laboralmente que los usuarios de implante coclear.
“Es un procedimiento bastante bueno desde el punto de vista costo/ beneficio, porque un individuo que desde pequeño tiene el implante coclear será una persona económicamente productiva, y además con gran expectativa de vida; en cambio, el no tener este dispositivo hace que la persona no pueda estudiar bien, tenga dificultades para terminar su bachillerato y que no alcance niveles educativos y salariales iguales o superiores a los demás, factores importantes en la movilidad social”, dice Peñaranda.
En Colombia, el procedimiento está incluido en el Plan Obligatorio de Salud (POS) cuando se hace en un pacientes hasta los 2 años de edad, junto con la rehabilitación y el tratamiento posterior a la cirugía.
Una gran ventaja, si se tiene en cuenta que antes no había opción para los niños con pérdida auditiva y debían comunicarse con señas y que “si una persona no escucha durante los primeros 3 años de vida no desarrolla un lenguaje inteligible”, aseguró Juan Manuel García.
Pero también es clara la relación costo/ beneficio de este tipo de tratamiento para los adultos que sufren de sordera profunda por diferentes causas, según lo confirma la investigación de la Universidad de los Andes.
20 años del implante
Colombia es pionera en América Latina
En septiembre de 1992, el Grupo de Implante Coclear de la Fundación Santa Fe de Bogotá realizó el primer implante coclear en Colombia, un tratamiento que se inició con la labor del doctor Jorge García Gómez, exministro de salud, pionero de la cirugía moderna de oído en Colombia.
“En estos 20 años el aparato ha mejorado, no solo en tamaño, ahora es más pequeño; el electrodo que introducimos es más fino y más flexible, es decir, que producen menos daños a las estructuras nerviosas, son menos traumáticos desde el punto de vista quirúrgico y tiene una mejor calidad del sonido”, dice Augusto Peñaranda, uno de los precursores del tratamiento.
Montar este sistema implicó un esfuerzo grande, pero “hoy en día Colombia tiene muchos grupos sólidos con los que intercambiamos experiencias científicas, por lo que somos un país con un gran posicionamiento en América Latina en el tema de rehabilitación”, asegura Juan Manuel García, otro líder del proyecto.
Cifra
700 implantes cocleares se han realizado hasta la fecha en la Fundación Santa Fe, proceso que también se ha ejecutado en varias ciudades del territorio nacional, y en algunos países de la región.
Es mejor tomar medidas preventivas que curativas
Aunque el 30 por ciento de los casos de sordera profunda tienen causas desconocidas, resulta importante tener en cuenta que es una enfermedad que se puede prevenir.
“La primera causa de pérdida auditiva en el bebé es de origen genético, la segunda es por la rubéola congénita, una afección viral que le transmite la madre al feto, y se puede evitar por medio de controles prenatales. Asimismo, el 30 por ciento de los niños con meningitis pueden adquirir una sordera grave, lo cual se puede eludir por medio de la vacunación”, señala García. Así las cosas, una clave para prevenir la sordera profunda y sus efectos adversos están en la atención prenatal y la vacunación contra rubéola y meningitis por neumococo.
Ya en el hogar, el papel de los padres es de suma importancia para la detección temprana, ya que deben estar atentos a la jerarquía de respuestas auditivas del bebé, en las que analizan la conciencia del sonido, la respuesta social, la comprensión y la imitación, las cuales deben corresponder a la etapa en la que se encuentre el niño o niña.
También, es absolutamente necesario y obligatorio que a todo recién nacido se le realicen pruebas especializadas (otoemisiones acústicas - potenciales evocados auditivos) para confirmar su nivel auditivo.
“El cerebro aprende a escuchar el 70 por ciento hasta los 3 años; por eso la importancia de la detección temprana, ojalá en el primer año. Lo que no se haga de rehabilitación en ese periodo es tiempo perdido”, señala Juan Manuel García Gómez.
Cifra 2
1 de cada 1.000 recien nacidos sufren de sordera profunda, según el Centro de Estudios de Desarrollo Económico de la Universidad de los Andes. El estudio de los Andes evidenció que es un tratamiento costo efectivo para el sistema de salud en Colombia. Un niño con una sordera profunda bilateral es 3,06 veces mucho más costoso para la sociedad y menos productivo laboralmente que los usuarios de implante coclear.
Tatiana Lizarazo Correa
Redactora de EL TIEMPO

domingo, 17 de marzo de 2013


ANTIOQUEÑOS ESTÁN PRODUCIENDO ACETAMINOFEN INYECTABLE


Corpaúl es la primera empresa de Latinoamérica en elaborar la medicina intravenosa.

La producción de una solución intravenosa de acetaminofén no solo deja a Colombia como uno de los pocos en desarrollar ese medicamento en el mundo, sino que reviste un nuevo avance científico liderado desde la región. 
Esa fue una de las conclusiones arrojadas ayer tras la presentación de Traucet, el acetaminofén inyectable elaborado por la fundación del hospital San Vicente de Paúl, Corpaúl, tras un proceso de más de tres años de desarrollo científico
El medicamento, que hasta ahora solo se producía para América en Estados Unidos, fue desarrollado por primera vez en Francia y su uso es adecuado para pacientes en los que la vía oral no es conveniente. 
Según la toxicóloga, Yuli Agudelo, el acetaminofén intravenoso es más seguro porque actúa directamente en el cerebro. Además es más efectivo y con menos efectos adversos que otros medicamentos.
"El producto no es para usar en la casa, ni voy a ir a comprarlo a la farmacia. No se lo voy a poner inyectado a mi bebé y si requiero su uso debo consultar", agregó. 
Para que las autoridades médicas avalaran el medicamento, Corpaúl debió realizar adecuaciones en su planta productora de Guarne y desplegó un equipo científico interdisciplinario.
Así mismo, invirtió una cifra superior a los 200 millones de pesos en su desarrollo.
Igualmente, emprendió los trámites legales para iniciar la comercialización hace cuatro meses en hospitales del país.
  "Hicimos ensayos de laboratorios, luego realizamos protocolos y llegamos a complejos ensayos industriales. Logramos tener un producto que garantiza la salubridad y libre de preservantes que produzcan reacciones adversas a los pacientes", expresó el médico Francisco Cano, director de Innovación de Corpaúl. 
El acetaminofén entra a hacer parte de un amplio portafolio de más de 30 productos como sueros hospitalarios y dispositivos médicos que tiene Corpaúl y que les permitieron tener en el 2011 utilidades por 58.000 millones de pesos y esperar para este año un crecimiento del 26 por ciento. 
"Exportamos a Ecuador, Panamá, República Dominicana y Venezuela a donde crecimos el comercio un 20 por ciento", concluyó Maria Elena Duque, directora de Corpaúl. 

lunes, 4 de marzo de 2013



Un estudio sugiere que la enfermedad de Alzheimer es el precio de la evolución humana

Investigadores del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana sostienen que la sensibilidad al proceso neurodegenerativo es una consecuencia secundaria de la especialización metabólica de nuestras áreas parietales.
Un estudio liderado por Emiliano Bruner, del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), y Heidi Jacobs, neurosicóloga del Instituto alemán de Neurociencia y Medicina de Jülich, propone un marco evolutivo al origen de la enfermedad de Alzheimer. El trabajo, publicado en la revista Journal of Alzheimer’s Disease, sugiere que la sensibilidad al proceso neurodegenerativo sería el precio que tenemos que pagar los Homo sapiens para nuestras capacidades cognitivas.

De acuerdo con la hipótesis formulada en este artículo, dicha sensibilidad es la consecuencia secundaria de la especialización y de la complejidad metabólica de nuestras áreas parietales. “De hecho, en las primera fases de esta enfermedad se observa un déficit metabólico, de gestión de la energía, de estas misma áreas”, explica Bruner.

El registro fósil y paleoneurológico muestra que nuestra especie se caracteriza, en geometría cerebral, por una marcada reorganización de dichas áreas, relacionadas con las capacidades cognitivas. Los procesos de crecimiento y desarrollo que llevan a estos cambios cerebrales están ausentes en los simios antropomorfos, así como en homínidos con gran volumen cerebral como los neandertales. Además, en los tejidos neurales, en la corteza parietal profunda, los humanos tenemos áreas que tampoco se encuentran en los otros primates.

El precio de nuestra inteligencia

Por tanto, este desarrollo de las capacidades cognitivas del Homo sapiens puede que haya conllevado una mayor sensibilidad a defectos metabólicos: balance energético, toxinas, gestión del calor, etc. Y, como señala Bruner, éste es el precio que tendríamos que pagar por disfrutar de nuestras capacidades peculiares.

Bruner concluye que el 'silencioso' filtro de la selección natural sólo reconoce las ventajas cognitivas y ninguna de sus desventajas, ya que al afectar al hombre a edades tardías, este 'efecto secundario' no influye en las capacidades reproductivas del individuo.